Jesús Carballo, seleccionador nacional de gimnasia femenina (y padre del gimnasta olímpico Jesús Carballo), ha sido acusado de abusos a menores acontecidos en los años 70 y 80.
En este caso se trataría de un delito preescrito puesto que, en España, los abusos sexuales a menores prescriben cuando han transcurrido 20 años desde que la víctima alcanza la mayoría de edad. Aun así, la Policía no ha encontrado indicios de nuevos casos más actuales, aunque en el caso de encontrarlos podría reabrir el caso.
La presunta víctima denuncia los hechos a los que fue sometida desde los 12 a los 15 años que, según relata el diario El País, incluyeron penetraciones y se produjeron «en los entrenamientos, hoteles de concentración, así como el propio coche del denunciado».
Todos las declaraciones afirman que la relación entre las gimnastas y el seleccionador cangués de 69 años era de «amor-odio». Denuncian que tenía una gran psicología para manipular a las chicas y «someterlas a su voluntad». Además, el clima en el que se desarrollaban los entrenamientos era de control total por parte de Carballo que, según las declaraciones, les prohibía hablar con chicos, mirarlos y les decía que «los hombres son el demonio».
Las exgimnastas afirman que «algunas estaban absorbidas por Carballo e incluso competían por sentarse con él en el coche. Tiene el don de la manipulación» y que, en los años ochenta denunciaron estos hechos ante la Federación sin que tuviera ningún efecto.
A raíz de la denuncia, el Consejo Superior de Deportes decidió apartar a Jesús Carballo de su puesto en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid a finales de enero y le prohibieron el acceso a las instalaciones. Ante estos hechos, el gallego pidió la baja voluntaria en la federación, presidida por su propio hijo, Jesús Carballo. Por el momento, el acusado no ha querido hacer ninguna declaración al respecto a través de sus abogados.
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