viernes, 10 de julio de 2015

BARRERAS PSICOLÓGICAS A COMER SANO



Independientemente de lo que se considere sano o perjudicial, miles de dietas propuestas por miles de especialistas fracasan cada año. Se cree que no más del 10% de la población es capaz de seguir "la dieta" propuesta por su especialista de confianza.

Parte del problema, sin duda, está en la comunicación y en la dificultad de mantener en el tiempo las recomendaciones. Si todo el esfuerzo se pudiera concentrar en una cápsula, sin ninguna duda, seria el negocio del siglo para los que la comercializaran.

Pero, independientemente del tipo de dieta, ¿qué es lo que nos impide seguir un estilo nutricional a lo largo del tiempo? El libro "La Dieta Paradójica" de Giorgio Nardone nos explica algunas posibilidades.
Cuánta mayor es la prohibición, mayor es el deseo.

"El abstinente lleva siempre dentro de si, aquello de lo que se abstiene" o "no hay nada más irresistible que una prohibición por transgredir", son dos frases que definen perfectamente éste punto.



El éxito que alimenta el fracaso.

Estar a dieta con mucho esfuerzo, sufrir lo que no está escrito, poner todas nuestras fuerzas en controlar nuestros impulsos…e, inevitablemente, perder el control y volver a engordar. La ilusoria victoria de una batalla se convierte en la derrota en la guerra.

Para evitar la sensación, renuncio a las sensaciones.


Estoy esbelto, todo lo que como es desnatado y bajo en calorías, como 5 veces al día como un pajarito…pero soy el tío más seco y menos motivado de la mesa. Puro control:"no puedo entender como te puedes comer los platos gigantes y quedarte tan tranquilo, con lo bien que yo estoy". Mira si están bien, que tanto control nos les permite disfrutar de su "esbelta figura" y, muchos, terminan solos y aburridos. Comer con ellos es un rollo porqué no puedes disfrutar sin sus miradas "de piedad".

Ya que no lo consigo, me dejo llevar.

"Para que me voy a esforzar si nunca adelgazo, ñam, ñam" (dice masticando un bocadillo de galletas con chocolate y azúcar). Se rebelan contra su frustración dejándose llevar por "orgías de comida" sin freno.

Debo consumir más de lo que como.

"Hoy he comido 1500 Kcal…tengo que gastar por lo menos 1.000 Kcal en la cinta del gimnasio". El día siguiente no se pueden ni mover, hacen dietas hipocalóricas y cada vez tienen más hambre inducida por el ejercicio extenuante, hasta que un día no pueden más y se ponen a comer durante días hasta recuperar el peso perdido. Todo un ejemplo de cómo cansarse fracasando.

Si como demasiado, vomito.

Remedio utilizado actualmente, y desgraciadamente conocido en muchas casas. Es efectivo para mantener la línea…hasta caer muerto/a. En el goce, a menudo el placer y el disfrute se unen. Los antiguos romanos vomitaban para poder seguir comiendo en las fiestas que duraban días y días. Sin duda, es una de las lacras de nuestra sociedad.

La pastilla milagrosa.

Todo el día buscan en Internet lo que se pueden tomar para perder peso y ganar músculo sin esfuerzo. Van en la búsqueda del sistema milagroso, de una dietistas al otro, pasando por varios productos que dicen tener un efecto espectacular. Le atribuyen a un dietista o una pastilla el poder mágico de conseguir algo sin esfuerzo, para convencerse de que les podrá hacer el trabajo. Cada semana prueban cosas nuevas, adelgazan y vuelven a engordar y siempre están rodeados de frustración.

He tratado de exponer estos 7 puntos con un poco de humor, aunque en el fondo, muchos de nosotros hemos formado parte de alguno o varios de estos grupos en el pasado o el presente. Por suerte, siempre hay una o varias posibles soluciones a dichos problemas:

Si te lo concedes, puedes renunciar a ello.

Para empezar cualquier plan nutricional, mi recomendación es que antes de empezar se planifique aquellas comidas o alimentos más deseados y que no están incluidos en nuestra "dieta". Por poner un ejemplo: "Todos los mediodías del martes, jueves y sábado, comeré obligatoriamente X, ya que es lo que más me gusta". Esto permite cambiar el comportamiento de "enfrentamiento contra aquello que deseamos" con un comportamiento de "colaboración con aquello que deseamos". Cada uno puede encontrar ésta colaboración con la intención de conseguir que "lo deseado pero prohibido" se convierta en parte de nuestra alimentación. Aunque parece imposible, es muy posible que pronto nos parezca menos apetecible y más controlable.

Las fantasías placenteras.

En lugar de despertarte por la mañana pensando en todo lo que no puedes comer, empieza el día pensando en lo que te vas a permitir "fuera de la dieta". Imagina el momento dónde lo comerás, dónde y cuando lo comprarás, déjate transportar por las sensaciones del alimento que mas deseas…¡¡mmm!! Esto nos hace pasar de un estado "de miedo a la pérdida de control" a un estado de "entrega voluntaria a lo que más deseamos". Nos libera de la obligación de resistir, mediante la acción de la planificación.

La calidad para el control de la cantidad.

Si hay algún alimento que no se incluye dentro de la propuesta nutricional que queremos seguir, pero que deseamos con todas las fuerzas, sin duda la búsqueda de la calidad nos permite gestionar la cantidad. La degustación de lo que más nos gusta, si exageramos la calidad invalidamos la cantidad. Comer "lo mejor de lo mejor" de lo que nos gusta, en un entorno de amigos o familiares y de degustación, nos ayudará a controlar la cantidad.

Restringir sin restricciones.

Limitar en un tiempo y en un espacio lo que vamos a comer fuera de lo "recomendado" es muy útil. Ayuda a comprender que el placer por comer "X" es mayor y mejor que si se consume en exceso y sin control. "En los excesos, hasta el placer se convierte en disgusto". Nardone propone una intervención paradójica: obligarse a comer 10 veces aquello que comemos fuera del tiempo elegido para convertir algo deseado en una experiencia desagradable. Si como chocolate fuera del tiempo elegido, me tengo que comer 10 (o 15 o 20) tabletas de chocolate. Esto, se debe hacer cada vez que se coma fuera del horario elegido y planificado. El placer es un castigo.

Comer lo que nos va bien, y disfrutar de lo que nos gusta nos permitirá seguir en el tiempo el plan elegido. Nos permitirá disfrutar de comer sano y de los placeres de los alimentos elegidos. La prescripción anticipada de las pérdidas de control, es útil para disfrutar del placer de comer sano: "Yo no dejo de comer. Yo como. El placer de comer con hambre y deseo no tiene precio".

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